Somos un grupo de psicólogos expertos en trauma. Trabajamos con todo tipo de población y contamos con un amplio abanico de estrategias. Algunas de nuestras técnicas son consideradas de tercera generación.
Nuestra visión cuando abordamos un caso es siempre integradora, entendiendo la recuperación desde todos los ámbitos: el cognitivo, el sensorial, el emocional, el somático y el conductual.
Cuando trabajamos con menores se valora su neurodesarrollo, colaborando con otros profesionales para afianzar esa base y que sobre ella, todo se vaya desarrollando funcionalmente, desde lo más básico a lo más complejo.
Hacemos todo lo posible para que las personas mejoren, uniendo conocimientos actualizados, experiencia, profesionalidad y cercanía.
Atendemos una gran variedad de dificultades que pueden sobrevenirnos a lo largo de nuestra vida, como son:
Como ya hemos visto, trabajamos con un amplio abanico de corrientes y estrategias terapéuticas, con el único objetivo de adaptarnos a las necesidades de cada persona, y poder así darle la atención que mejor funcionará en cada caso concreto.
Desde el momento en que una persona o familia contacta con nosotros, seguimos los siguientes pasos:
En un primer momento, el objetivo que nos planteamos es conocer qué es lo que le está pasando, y cuáles son los motivos por los que este problema se está manteniendo en la actualidad.
Lo que necesitamos conocer son los aspectos o sucesos que han podido precipitar o desencadenar el problema, así como los factores predisponentes en la persona o familia para el desarrollo del mismo. Analizaremos concienzudamente el pasado de la persona, así como las situaciones presentes que dificultan su día a día.
Finalizado este proceso, dispondremos de una idea clara y global acerca del problema, así como de las técnicas a poner en marcha para enfrentarlo y solventarlo.
Esta etapa finaliza con una sesión de devolución de información en la que, de modo explicativo, se le informará a la persona de cuál es el problema al que nos enfrentamos, por qué ha surgido y cómo lo vamos a trabajar.
En esta fase, pasaremos a trabajar cada una de las dificultades presentes de modo individual. Para abordar un cambio global, hemos de “desgranar” primero el problema para poder atajarlo y abordarlo mejor.
Durante esta etapa, enseñamos a la persona o familia estrategias y técnicas que les ayudarán a modificar y combatir pensamientos irracionales y conductas inadecuadas, produciendo así un cambio emocional positivo. Igualmente, les ayudamos a reprocesar recuerdos y situaciones vividas que quedaron ancladas en la memoria y que no les están permitiendo avanzar de manera positiva en el momento actual.
En consulta, se explican y trabajan estas técnicas de manera específica, resolviendo cualquier posible duda y mandando trabajo para casa cuando es necesario. La práctica de los nuevos modos de pensar y actuar es fundamental para el cambio y para la automatización de modos de vida más saludables, generadores de bienestar.
La duración del tratamiento es variable, dependiendo del tipo de problema, frecuencia de las sesiones, implicación personal, etc. No se puede definir una duración concreta.
Es la última de las etapas en el trabajo terapéutico. En este punto, la persona ya conoce todas las estrategias propuestas para hacer frente a sus dificultades y sus objetivos terapéuticos han sido alcanzados.
Las sesiones se espacian un poco en el tiempo (cada dos o tres semanas), para ayudarle a ver cómo funciona solo, y para ir valorando en estas sesiones posibles situaciones o sucesos que podrían volver a generarle un malestar futuro. Con las técnicas aprendidas, construimos con la persona posibles estrategias a utilizar si, en un futuro, esto sucediese, evitando así un nuevo desajuste emocional.
Hecho esto, daríamos por finalizado el proceso de terapia, realizando un seguimiento puntual.