El abuso de sustancias como mecanismo de regulación emocional es algo bastante común en consulta… esas sustancias pueden ir desde determinados medicamentos, hasta drogas, alcohol, pastillas… creando una dependencia en muchos de los casos. Criterios clave para diagnosticar este problema serán el uso peligroso de dicha sustancia, problemas sociales relacionados con el consumo y un síndrome de abstinencia en la retirada de dicha sustancia.
Las tecnologías suponen hoy en día una herramienta que utilizamos a diario, en cualquier momento. En ocasiones este uso es exagerado, produciendo un problema, esto sucede cuando la imposibilidad de usar alguno de los dispositivos electrónicos (móvil, ordenador…) genera gran malestar, repercutiendo de forma negativa en las interacciones sociales, en la convivencia familiar, favoreciendo la fluctuación emocional dependiente del uso o no de dichos dispositivos.
La agorafobia se caracteriza por el miedo intenso a algunas de estas situaciones: el uso de transporte público, el estar en espacios abiertos, el estar en espacios cerrados, hacer cola o estar en medio de una multitud y estar fuera de casa sol@. La persona evita estas situaciones debido a pensar que escapar podría ser difícil o podría no disponer de ayuda. Este miedo es desproporcionado al peligro real.
Es el miedo o la ansiedad excesiva e inapropiada para el nivel de desarrollo del individuo concerniente a su separación de aquellas personas por las que siente apego. Criterios a tener en cuenta son: malestar excesivo cuando se prevé o se vive una separación, una preocupación excesiva por la pérdida de las figuras de apego, resistencia o rechazo a salir o estar lejos del hogar, miedo excesivo a estar sol@, rechazo a dormir fuera de casa.
Ansiedad y preocupación excesiva que se produce durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades. Esta ansiedad y preocupación se asocian a algunos de estos síntomas: inquietud o sensación de estar atrapad@ o con los nervios de punta; fácilmente fatigad@; dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco; irritabilidad; tensión muscular; problemas de sueño. Estos síntomas causan malestar clínicamente significativo.
La ansiedad social viene caracterizada por el miedo intenso en una o más situaciones sociales en las que la persona está expuest@ al posible examen por parte de otras personas. La persona tiene miedo de actuar de cierta manera y que se le valore negativamente. En niñ@s se puede expresar con llanto, rabietas, quedarse paralizad@s, etc. Este miedo siempre será desproporcionado a la amenaza real planteada por la situación social.
Este trastorno tiene varias categorías, pero si nos quedamos con los criterios comunes de lo que es una depresión, éstos serían por ejemplo tener un estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días; una disminución importante del interés o el placer por actividades que antes producían placer; la pérdida importante o el aumento de peso sin hacerse a propósito; problemas para dormir por exceso o por defecto; la fatiga o pérdida de energía y la disminución de la capacidad de pensar o concentrarse.
Hace referencia a la dificultad emocional que sobreviene a aquella persona que tiene gran dificultad para resistir un impulso o tentación que puede generar un daño a sí mismo o a otros. Reconocida como una persona impulsiva aquella que tiene un déficit en el control de impulsos puede identificarse por presentar ataques de ira, trastorno oposicionista desafiante, conductas autolesivas, cleptomanía, piromanía, tricotilomanía, onicofagia, entre otros.
Miedo excesivo, irracional y persistente a enfrentarse con un objeto particular, situación o incluso el pensamiento de encontrarse con algo que normalmente no se considera peligroso. La persona tiende a evitar exponerse a ello, pues de hacerlo puede llegar a experimentar una crisis de angustia, pese a poder reconocer que dicho miedo es excesivo e irracional.
Es de los trastornos de ansiedad más frecuentes, las fobias más comunes entre otras son, el miedo a: la sangre, inyecciones y otros procedimientos médicos; ciertos animales, volar, lugares altos, insectos o arañas...
Ataques de pánico imprevistos recurrentes. Un ataque de pánico es la aparición súbita de miedo intenso o de malestar intenso que alcanza su máxima expresión en minutos y durante este tiempo se pueden producir algunos de estos síntomas: palpitaciones, golpeteo del corazón o aceleración de la frecuencia cardíaca; sudoración; temblor o sacudidas; dificultad para respirar; sensación de ahogo; dolor o molestias en el tórax; náuseas; sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento; escalofríos o sensación de calor; parestesias u hormigueo; desrealización o despersonalización; miedo a perder el control; miedo a morir.
Dificultad persistente en deshacerse o renunciar a las posesiones, independientemente de su valor real. Lleva asociada una necesidad de guardar las cosas y un malestar cuando un@ se deshace de ellas. Esta dificultad da lugar a la acumulación de cosas que congestionan y abarrotan las zonas habitables. Esta acumulación causa malestar clínicamente significativo o existe un deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento, para un@ mism@ y para los demás.
Arrancarse el pelo de forma recurrente, dando lugar a su pérdida. Hay intentos repetidos de disminuir o dejar dicha conducta. Este comportamiento causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento de la persona.
Se caracteriza por la dificultad para conciliar el sueño en esa primera fase, es decir, para quedarse dormido, aunque pueden producirse también despertares nocturnos con la consecuente dificultad para volver a retomar el sueño.
Se caracteriza por la dificultad en mantener el sueño, teniendo pocos períodos de sueño profundo y levantándose con cansancio, denotando un sueño que no es reparador. La persona puede quedarse dormida con facilidad pero no logra mantener el sueño varias horas consecutivas.
Restricción de la ingesta energética en relación con las necesidades, que conduce a un peso corporal significativamente bajo con relación a la edad, el sexo, el curso del desarrollo y la salud física. Hay miedo intenso a ganar peso o a engordar, o un comportamiento persistente que interfiere en el aumento de peso. Hay alteración en la forma en que un@ mism@ percibe su propio peso o constitución.
Episodios recurrentes de atracones. Un episodio de atracón se caracteriza por dos hechos: ingestión, en un período determinado de una cantidad de alimentos que es claramente superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período similar y la sensación de falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio. Suelen presentarse comportamientos compensatorios recurrentes.
Una marcada incongruencia entre el sexo que un@ siente o expresa y el que se le asigna, manifestada por algunas de estas características: marcada incongruencia que la persona siente hacia sus caracteres sexuales primarios o secundarios; un fuerte deseo por desprenderse de los caracteres sexuales propios; un fuerte deseo por poseer los caracteres sexuales, tanto primarios como secundarios, del sexo opuesto; un fuerte deseo de ser del otro sexo; un fuerte deseo de ser tratad@ como del otro sexo y/o una fuerte convicción de que un@ tiene los sentimientos y reacciones típicos del otro sexo.
Preocupación por uno o más imperfecciones percibidas en el aspecto físico que no son observables o parecen sin importancia a otras personas. En algún momento la persona ha realizado comportamientos (p. ej., mirarse en el espejo, asearse en exceso, rascarse la piel, querer asegurarse de las cosas) o actos mentales (p. ej., comparar su aspecto con el de otros) repetitivos como respuesta a la preocupación. La preocupación causa malestar clínicamente significativo.
Condición que se presenta cuando el exceso de grasa corporal aumenta el riesgo de padecer un problema de salud. Puede ser un síntoma del trastorno por atracón, una afección en la que una persona ingiere grandes cantidades de alimentos en un corto período de tiempo y siente una falta de control sobre su alimentación. El trastorno por atracón puede provocar aumento de peso y puede tener efectos psicológicos negativos, como vergüenza y culpa. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todas las personas con obesidad tienen trastorno por atracón, y no todas las personas con trastorno por atracón son obesas. La obesidad también puede ser causada por otros factores, como la genética, los desequilibrios hormonales y ciertos medicamentos.
Episodios recurrentes de atracones. Un episodio de atracón se caracteriza por: ingestión, en un período determinado de una cantidad de alimentos que es claramente superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período similar y la sensación de falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio. Los episodios de atracones se suelen asociar a los siguientes hechos: comer mucho más rápidamente de lo normal; comer hasta sentirse desagradablemente lleno; comer grandes cantidades de alimentos cuando no se siente hambre; comer solo debido a la vergüenza que se siente por la cantidad que se ingiere o sentirse a disgusto después con un@ mism@.
Dismorfia muscular, hace mención a la insatisfacción con la imagen corporal presentando una obsesión por ganar masa muscular, acentuada por una distorsión de la imagen del propio cuerpo.
Patrón persistente o tendencia a:
Cuando la persona presenta dificultad para mantener relaciones sexuales satisfactorias presentando una de las siguientes dificultades: eyaculación retardada o precoz, trastorno eréctil, trastorno orgásmico femenino, trastorno de interés/excitación sexual o trastorno de dolor genito-pélvico/penetración.
El trastorno del apego se da en la infancia ante la vivencia de experiencias traumáticas y/o las figuras de cuidado principales son poco consistentes.
El duelo es una experiencia emocional que se sufre ante una pérdida, puede suceder ante una ruptura sentimental.
Cuando la persona presenta un patrón generalizado de desprecio y violación de los derechos de los demás. Pueden involucrarse en comportamientos como mentir, manipular, agredir y actividades ilegales sin sentirse culpables o arrepentidos. También pueden mostrar una falta de empatía por los demás y tener dificultades para formar y mantener relaciones.
Trastornos Mentales (DSM-5) publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. DPD se considera una condición de salud mental grave que puede llevar a una variedad de consecuencias negativas, que incluyen dificultades en las relaciones personales y profesionales, aislamiento social y baja autoestima.
Necesidad generalizada y excesiva de ser atendido por otros, manifestando dificultades para tomar decisiones, baja auto-confianza, pueden sentirse indefensas y vulnerables sin el apoyo de los demás. Presentan un miedo intenso al abandono y pueden hacer todo lo posible para mantener las relaciones, incluso si no son saludables o son abusivas.
Personalidad dominada por el desapego en las relaciones sociales y la poca variedad de expresión de las emociones en contextos interpersonales.
Patrón dominante de deficiencias sociales e interpersonales que se manifiestan por un malestar agudo y poca capacidad para las relaciones estrechas, así como comportamientos excéntricos.
Patrón generalizado de inhibición social, sentimientos de insuficiencia e hipersensibilidad a la crítica o al rechazo. Pueden sentirse inferiores a los demás y evitar situaciones y relaciones sociales, incluso cuando las desean, mostrándose extremadamente tímidos. Es frecuente que la persona que lo padece sea reacia a correr riesgos o probar cosas nuevas debido al miedo al fracaso o a la crítica.
Personalidad caracterizada por la emotividad excesiva y la búsqueda de atención. Las personas que lo padecen presentan una intensa necesidad de atención, admiración y aprobación de los demás. Pueden usar su apariencia física, comportamiento seductor y emociones dramáticas para llamar la atención y manipular a los demás. También pueden ser fácilmente influenciados por otros y tienen una tendencia a cambiar rápidamente de emociones.
Se caracteriza por la inestabilidad en las relaciones interpersonales, autoimagen y de los afectos, e impulsividad intensa. Las personas con rasgos límites pueden tener relaciones intensas e inestables, una imagen distorsionada de sí mismos y pueden experimentar frecuentes cambios de humor e impulsividad. También pueden participar en comportamientos autodestructivos, como el abuso de sustancias o las autolesiones, y tener miedo al abandono.
Patrón dominante de grandeza, necesidad de admiración y falta de empatía. Manteniendo la creencia de que son especiales o únicos. Pueden estar preocupados por fantasías de poder, éxito y atractivo, y pueden buscar la atención y la admiración constantes en sus relaciones. También pueden explotar o ignorar a otra persona para lograr sus propios objetivos, y pueden tener dificultades para empatizar con los sentimientos y necesidades de los demás.
Personalidad caracterizada por la preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la franqueza y la eficiencia.
La persona muestra rasgos de desconfianza y suspicacia intensa frente a los demás, interpretando los motivos del otro como malévolos.
Desconexión o falta de conexión entre elementos que habitualmente están asociados entre sí. La disociación puede afectar a la conciencia, a la memoria, a la identidad o a la percepción, que habitualmente suelen estar integradas.
Cuando la persona ante experiencias vitales perturbadoras le sobrevienen recuerdos y sueños angustiosos recurrentes involuntarios, presentando reacciones disociativas, malestar psicológico intenso, llegando a evitar estímulos que pudieran guardar relación con dicho evento.
Trastorno de ansiedad más frecuente en niñ@s caracterizado por una falta constante de hablar en situaciones sociales específicas a pesar de la capacidad de hablar en otros entornos. Las personas con mutismo selectivo pueden hablar normalmente en casa o con familiares cercanos, pero pueden quedarse completamente callados en la escuela o en situaciones sociales. Esta condición no está relacionada con la falta de conocimiento o comodidad con el lenguaje hablado, sino con una condición psicológica que inhibe la comunicación verbal en ciertos contextos. Quien lo padece también puede mostrar otros síntomas de ansiedad, como miedo a la vergüenza o miedo a la evaluación negativa.
Puede ocurrir cuando una persona tiene dificultad para hacer frente a un evento o cambio estresante de la vida, como la pérdida de un ser querido, la pérdida del trabajo, una enfermedad grave o una transición importante en la vida. Los síntomas pueden incluir ansiedad, depresión, irritabilidad o problemas de conducta.
Trastorno neurobiológico del desarrollo que se caracteriza por una combinación de síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad que afectan el funcionamiento diario y el rendimiento académico y laboral. Se puede diagnosticar tanto en niñ@s como adult@s.
Los síntomas de inatención incluyen dificultad para prestar atención, olvidos frecuentes, dificultad para seguir instrucciones, dificultad para organizarse y planificar tareas, pérdida de objetos, y distracción fácil.
Los síntomas de hiperactividad e impulsividad incluyen dificultad para permanecer quieto, inquietud excesiva, hablar demasiado, interrumpir a otros, actuar sin pensar, tomar decisiones precipitadas, y tener dificultad para esperar su turno.
Trastornos que afectan a la capacidad de una persona para procesar, comprender, retener o comunicar información. Estas dificultades pueden afectar la lectura, la escritura, las matemáticas, la comprensión oral, la organización, la memoria y la atención. Un ejemplo de ellos son: la dislexia o la discalculia.
Hace referencia a aquellos comportamientos que desafían las normas sociales, culturales o legales y que interfieren con el funcionamiento diario de una persona. Estos comportamientos pueden incluir agresión, desobediencia, mentiras, vandalismo, robos, consumo de drogas y/o alcohol, entre otros.
Grupo de afecciones que afectan el desarrollo del sistema nervioso y, por lo tanto, pueden afectar la función cerebral, el comportamiento y la capacidad de aprendizaje. Estos trastornos se manifiestan en la infancia o en la niñez temprana y a menudo persisten hasta la edad adulta.
Los trastornos del neurodesarrollo incluyen, entre otros, el trastorno del espectro autista (TEA), el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la discapacidad intelectual, el trastorno específico del aprendizaje, trastornos del lenguaje o trastornos del movimiento.
Las siguientes afecciones requieren de un diagnóstico médico previo.
La terapia puede ayudar a las personas a identificar los factores psicológicos y emocionales que pueden estar contribuyendo a la aparición o exacerbación de los dolores de cabeza. Por ejemplo, el estrés, la ansiedad, la depresión y los conflictos interpersonales pueden ser desencadenantes de las cefaleas en algunas personas. Además a través de la psicoterapia la persona puede aprender habilidades y técnicas de relajación, como la meditación y la respiración profunda, que pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad y, por lo tanto, disminuir la frecuencia y la intensidad de las cefaleas.
También conocido como Síndrome del intestino irritable (SII) está fuertemente relacionado con el estrés y la ansiedad. La psicoterapia puede ayudar a las personas a aprender técnicas de relajación y manejo del estrés que pueden reducir los síntomas del colon irritable. La terapia también puede ayudar a las personas a identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos que pueden aumentar la ansiedad y el estrés, lo que a su vez puede empeorar los síntomas del colon irritable. Además de favorecer que la persona desarrolle hábitos alimenticios más saludables y mejore su relación con la comida.
Enfermedad inflamatoria crónica del intestino que puede tener un impacto significativo en la salud mental del paciente, lo que puede empeorar el problema si no se aborda adecuadamente. Quienes lo sufren pueden experimentar ansiedad, depresión, estrés y otros trastornos emocionales. La terapia psicológica puede ayudar a lidiar con estos problemas emocionales , acompañar a la persona a adquirir hábitos de vida saludables y a manejar el dolor asociado con la enfermedad, lo que puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.
Afección que se caracteriza por dolor musculoesquelético generalizado y una sensación de fatiga y debilidad general. La psicoterapia puede ayudar a los pacientes a desarrollar estrategias para manejar el dolor, a través de técnicas de relajación. Debido a que dicha condición puede ser emocionalmente abrumadora, la terapia facilita un espacio seguro para que los pacientes compartan sus sentimientos y preocupaciones, además de que aprendan técnicas de manejo de estrés. y hábitos de autocuidado que mejoren el bienestar general de la persona.
Las personas que sufren un infarto, pueden experimentar ansiedad, depresión, miedo a un nuevo infarto o a la muerte, y otros trastornos emocionales. A través de un proceso psicoterapéutico pueden aprender técnicas de relajación, manejo del estrés y habilidades de afrontamiento que pueden ayudar a reducir los niveles de ansiedad y depresión, mejorar la adherencia al tratamiento médico y reducir el riesgo de futuros infartos.
Además, el tratamiento psicológico también puede abordar los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, como el sedentarismo, la mala alimentación y el tabaquismo.
Si dicha sintomatología es resultado de un trastorno de ansiedad, se puede trabajar en terapia para identificar los factores estresantes y desarrollar estrategias de afrontamiento efectivas, como técnicas de relajación que puedan ayudar a reducir la tensión muscular que pueda contribuir a los mareos. Además a través de la psicoterapia se favorece la identificación y modificación de patrones de pensamiento y comportamiento que pueda contribuir en la aparición y agravamiento de la sintomatología.
La miastenia gravis es una enfermedad neuromuscular autoinmune que causa debilidad y fatiga muscular. En terapia se trabaja con la persona para la identificación y manejo de los síntomas físicos y emocionales; así como la modificación de patrones de pensamiento y comportamiento que pueden agravar la condición. Por ejemplo a través del establecimiento de límites y prioridades en su vida diaria, así como mediante un abordaje familiar y/o de pareja favoreciendo la comunicación y estrategias de apoyo efectivas, pues la Miastenia gravis puede afectar también al entorno próximo del paciente.
Se caracteriza por fatiga extrema y persistente que no se alivia con el descanso y que afecta a la capacidad de realizar actividades cotidianas. A través de la terapia se trabaja para la identificación de los síntomas físicos y emocionales asociados, proporcionar herramientas de manejo emocional y cognitivo que mejoren la calidad de vida de la persona, además quien padece el Síndrome suele presentar trastornos del sueño que agravan la condición, siendo posible que se aborde también dicha problemática.
Como el síndrome del intestino irritable (SII) y la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), dichos trastornos pueden ser extremadamente debilitantes y afectar la calidad de vida de las personas. La terapia puede ser útil para identificar los síntomas físicos y emocionales asociados, ayudar a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento que puedan contribuir a los síntomas, aprendiendo técnicas para manejar el estrés, la ansiedad y la depresión, así como para mejorar la comunicación con los demás y establecer límites en su vida diaria.